
Concebida como un punto de referencia de la red turística suburbana, la vivienda propuesta por Archstudio busca transmitir la riqueza natural local y recupear el auténtico estilo de vida rural. El nuevo edificio funciona como una gran casa de familia, capaz de acoger tanto retiros grupales como huéspedes individuales. Complementariamente, incorpora cocinas de estilo chino y occidental, un comedor, una sala de estar, una sala de recreo y juegos para mayores.
La propuesta se estructura en torno a los tres árboles protagonistas del terreno, que a su vez inspiraron el nombre del proyecto, «Alojamiento Lei». El término «Lei» proviene de una antigua herramienta agrícola que representa la vida agraria rural. Recuperando la perdida tradición tipológica del pueblo, el alojamiento se organiza formando dos patios que dan cobijo a los árboles y, a su vez, aportan abundante luz natural al interior.
En sintonía con criterios de sostenibilidad, la madera ha sido seleccionada como material estructural principal, especialmente por su baja huella de carbono. Los arquitectos optaron por un sistema constructivo prefabricado que garantizara la calidad y la precisión durante el proceso de construcción. Integrándose armoniosamente en su entorno natural, el Alojamiento Lei promueve un estilo de vida natural y sereno, y aspira a convertirse en un catalizador para la revitalización de la aldea tradicional.

Alojamiento Lei por ARCHSTUDIO. Fotografía por Wang Ning.
Descripción del proyecto por Archstudio
Pueblo y emplazamiento
El proyecto se ubica en el pueblo de Yangjiaqiao Norte, ciudad de Yukou, distrito de Pinggu, Pekín. Se trata de un pueblo típico de las llanuras del norte de China, tradicionalmente caracterizado por residencias con patio. Sin embargo, a medida que se acelera la renovación espontánea del pueblo, han surgido diversas estructuras nuevas a lo largo del paisaje urbano, desde pequeños edificios de estilo occidental hasta estructuras con techos de acero pintados, transformando gradualmente el tejido arquitectónico tradicional del pueblo.
El terreno se encuentra junto a la carretera principal del pueblo en su lado este, con una superficie aproximada de 400 metros cuadrados. Se trata de una parcela rectangular, más larga de este a oeste y más corta de norte a sur. Las edificaciones originales del terreno eran bastante desorganizadas, compuestas por estructuras de ladrillo y hormigón con techo inclinado y techo plano, junto con algunas construcciones temporales construidas con techos de acero pintados, ninguna de las cuales presentaba valor de conservación.

En el terreno se encuentran dos caquis y un nogal, plantados por el padre del propietario durante su infancia. Aún florecientes y fructíferos, estos árboles se han convertido en preciados recuerdos familiares. Tras conversaciones entre los arquitectos y el propietario, se preservaron los tres árboles.
Necesidades y limitaciones
La riqueza natural local, el auténtico estilo de vida rural y la proximidad a destinos pintorescos hacen que la casa de familia tenga potencial para atraer visitantes urbanos. Constituido como un punto clave de la red turística suburbana, el proyecto busca transmitir la sencillez, la serenidad y la relajación de la vida rural. Desde el principio, el propietario definió claramente el uso previsto: el nuevo edificio funcionaría como casa de familia, con un mínimo de siete habitaciones, una de las cuales estaría reservada para su madre.
El proyecto debía acoger tanto retiros grupales como huéspedes individuales, incorporando cocinas de estilo chino y occidental, un comedor, una sala de estar, una sala de recreo y una sala de ajedrez y cartas para personas mayores. Para cumplir con estos requisitos, el nuevo edificio debía tener aproximadamente el doble de superficie que las estructuras originales.
La normativa local impuso restricciones adicionales: una altura máxima de alero de 7 metros, una altura de cumbrera de 8,6 metros y un retranqueo mínimo de 40 cm respecto a los edificios vecinos. Con estas limitaciones, el diseño debía maximizar el volumen útil y, al mismo tiempo, crear espacios interiores vibrantes que capturaran el encanto de la vida rural.

Conceptualización y Formación
Los tres árboles del terreno inspiraron el diseño arquitectónico y también el nombre del proyecto, «Alojamiento Lei». El término «Lei» (耒) proviene de una antigua herramienta agrícola que representa la vida agraria rural. Su escritura se compone de tres trazos de «madera» (木), que evocan la imagen de los árboles e inspiran el concepto arquitectónico de una estructura de madera entrelazada.
El edificio se organiza en torno a los árboles, formando dos patios bien proporcionados que aportan abundante luz natural y vistas a los cambios de estación. Esta distribución continúa la tipología tradicional de casas con patio del pueblo. La estructura principal está realizada en madera laminada encolada que, bajo el techo de doble pendiente, soporta una variedad de espacios de plataformas escalonados, evocando la sensación de vivir en medio de un bosque.

La planta baja está cerrada con muros sólidos a lo largo de la calle para mayor privacidad, mientras que el interior se abre completamente a los patios. Alberga espacios comunes como la sala de estar, el comedor y la cocina, así como el dormitorio del propietario.
En la segunda planta, tres plataformas escalonadas parecen flotar sobre los muros de ladrillo, creando un juego visual con los árboles circundantes. Esta planta alberga seis habitaciones de diversos estilos, incluyendo habitaciones estándar, habitaciones individuales estilo tatami y suites familiares tipo loft. El edificio cuenta con dos terrazas en la azotea, que ofrecen vistas panorámicas de las montañas circundantes.
Materiales y construcción
La sostenibilidad y la reciclabilidad fueron principios fundamentales en la selección de materiales, siendo el control de costos también un factor clave. La madera, con su textura cálida y natural y su baja huella de carbono, se eligió como material estructural principal. La construcción prefabricada de madera garantizó la precisión durante el proceso de construcción y una ejecución de alta calidad.

Los muros exteriores se construyeron íntegramente con ladrillos recuperados de la obra, lo que refleja el compromiso con la reutilización sostenible. Los tabiques interiores de madera se diseñaron como parte del sistema arquitectónico, lo que evitó la necesidad de equipamiento secundario y redujo costos. Las tejas asfálticas se extienden desde el techo hasta partes de la fachada del segundo piso, creando la imagen de una casa gris que flota sobre los muros perimetrales, realzando la identidad distintiva del edificio.
Al finalizar su construcción, el propietario la describió con orgullo como «una casa que respira». Inspirado en su entorno y construido con materiales sostenibles y métodos de construcción cuidadosos, el edificio promueve un estilo de vida natural y sereno. En el futuro, servirá como alojamiento comercial y centro público para actividades comunitarias. Al fomentar la interacción entre visitantes y residentes locales, se espera que el edificio se convierta en un catalizador para la revitalización de la aldea tradicional.