
Rubén Valdez propuso un acceso que no fuese visible inmediatamente, creando una rampa girada respecto al eje central, invitando a realizar un recorrido barroco por fases, casi ritual, que comprime al visitante antes de penetrar en el espacio interior y descomprimirlo con la infinitud del cielo. Allí, el pavimento es el suelo natural y la cubierta el cielo abierto, generando una atmósfera que invita al silencio y a la introspección.
Una apertura semicircular en el muro muestra una vista enmarcada de las montañas lejanas, mientras que el trazado circular enmarca el firmamento. La orientación del conjunto (alineada con el eje solar este-oeste) dialogan con la luz y las sombras que marcan el paso del tiempo, haciendo que el lugar se convierta en una especie de reloj cósmico que integra, tiempo, espacio y movimiento.

Espacio Ceremonial por Rubén Valdez. Fotografía por César Béjar Studio.
Descripción del proyecto por Rubén Valdez
Un espacio ceremonial no religioso que dialoga estrechamente con el paisaje y el cielo circundantes del desierto de Baja California Sur. El íntimo recinto circular se encuentra semienterrado en el terreno desértico, simbolizando una relación con el paisaje circundante. La tierra desnuda bajo los pies y un techo al aire libre refuerzan una conexión trascendental con la tierra y el cosmos.
El interior del recinto se deja prácticamente sin adornos, salvo por un espejo de obsidiana pulida, inspirado en los tradicionales espejos texcatl, utilizados durante siglos en la cultura mexicana como objetos de reflexión y adivinación espiritual.

La forma de la estructura enmarca cuidadosamente el paisaje circundante, con una abertura semicircular que ofrece vistas a las montañas, mientras que los cielos de arriba están enmarcados dentro de las paredes circulares.