El equipo del Pabellón de Armenia, liderado por Electric Architects, escaneó cientos de monumentos antiguos amenazados por conflictos, el clima y el abandono, entrenando un modelo de IA para capturar su esencia. La IA genera confabulaciones —fragmentos históricos de arquitectura que nunca existieron— tallados en piedra, fieles a la tradición pero proyectados hacia el futuro.
Mediados por inteligencia artificial, estos artefactos invitan a los visitantes a reconsiderar el papel de la memoria en la arquitectura y el desafío de preservar el patrimonio. La arquitectura y la memoria dialogan constantemente. La arquitectura encarna la inteligencia colectiva, moldeando legados culturales e identidad.
La IA, como extensión del pensamiento colectivo, nos permite reinterpretar las formas tradicionales y concebir nuevas posibilidades. Conecta en el tiempo, utilizando monumentos antiguos como base para nuevos recuerdos.
El equipo de comisariado trabajó con algoritmos de aprendizaje automático entrenados en arquitectura armenia para generar nuevas formas imaginarias que evocan un lenguaje espacial familiar, pero a la vez especulativo. Estos modelos digitales se tradujeron posteriormente a la realidad física mediante piedra de toba tallada a máquina, creando un diálogo entre el material ancestral y la imaginación computacional.
El resultado es una constelación de microarquitecturas que encarnan tanto la pérdida como la continuidad, ofreciendo nuevas formas de transmitir la identidad a través de las fronteras y las generaciones.